Mi opinion sobre el COVID

Si una cosa ha quedado en evidencia con la aparición del covid en nuestras vidas, es la gran esquizofrenia y múltiples paranoias con las que convive el ser humano promedio en éstos días. Ha salido a la superficie de todo un poco. Están los que tras darse las 2 dosis han salido a manifestarse en contra de la vacunacion (en nuestro país es voluntaria, por cierto) y a hablar de intrincadas y siniestras conspiraciones, asusados por el alarmista de turno.

Esto es muy viejo, una práctica milenaria que se remonta a los albores mismos de la humanidad y que trae a escena la ya conocida figura del chivo expiatorio. La idea propone que el culpable de todos nuestros males está ahí fuera y que somos la víctima inocente de su inicuo accionar. Y esto, la mentalidad de víctima, es la predominante hoy en día y lleva a muchos a hablar de empoderamiento cuando lo que hacen en realidad es reconocer que han estado entregando su poder a un enemigo imaginario. Esta paranoia los ha llevado muchas veces a ver un ataque allí donde no lo hay.

Esto ha propiciado la aparición de ciertas dogmáticas e irracionales doctrinas, que van incluso en contra de la biología misma y arrastran a los que no se han detenido a pensar dos veces a militancias igualmente irracionales. La vulnerabilidad de los cuerpos y de todo lo que es perecedero y está predestinado a cambiar se hace más evidente en épocas de crisis dando lugar al gran estrés que esto conlleva y al aumento del temor en las grandes masas.

Pero no todo está mal, pues también hemos visto, aquí y allá, señales de que está aumentando la consciencia y hay muchos que están aprovechando esta oportunidad única que nos regala la vida para cambiar el rumbo y dirigir sus pasos hacia un futuro distinto, al decidirse a emprender algo nuevo. Cuando las circunstancias nos obligan a prestar atención únicamente a lo que es realmente importante y a una profunda introspección, muchas veces descubrimos insospechados panoramas aún inexplorados en nosotros mismos. Se develan nuevos caminos que, aunque siempre habían estado ahí esperando, nunca nos atrevimos a andar y esos caminos nos llevan a redescubrirnos y reinventarnos.