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LINEAS ARGUMENTALES

Definir bien al protagonista y los secundarios. Los detalles literales, como decir que era algo o delgado, joven o viejo, no son los más interesantes. Pero las descripciones como: “ella siempre llevaba el cabello recogido con un prendedor sobre la nuca” o “él se rascaba detrás de la oreja cuando se ponía nervioso” dicen mucho más y aportan tridimensionalidad.

Quitarte tensión – no te preocupes por ser original. La originalidad vendrá dada por “el toque particular” a la hora de contarlo. Solo tú puedes decir las cosas como las dices.

Termina de escribir – ya luego harás las correcciones y lo mejorarás. Este es un error en el que caigo a veces. Se llama procrastinar. Es realmente nefasto para el proceso creativo en sí mismo porque te distrae y muchas veces te lleva a perderte en un laberinto sin salida. Toda corrección puede esperar. El estilo también se pule al escribir.
No pretendas saber desde el principio todo lo que va a ocurrir. Permítete ser el primer sorprendido por la historia que estás contando. No obstante, procura tener siempre claro o al menos una idea más o menos acabada de como comienza y como termina la historia.

El clímax de la historia – el nudo o momento de mayor tensión no debe ser demasiado extenso o cansará al lector. Es importante en esta parte no abusar de los giros inesperados que podrían quitar coherencia y sentido a la trama.

La coherencia y unidad – un hilo conductor bien definido y diferenciado de las posibles tramas secundarias, sin abusar de los detalles y sin largas descripciones que no aportan nada de valor a la trama principal. Es importante que las subtramas evolucionen paralelamente y al mismo ritmo que la trama principal.

La fluidez – que todo suceda de forma natural, de acuerdo con las reglas que gobiernan el universo en el que sucede la historia (worldbuilding) y todo vaya cuadrando a medida que se avanza hacia el cierre y remate de las subtramas. Es posible que haya que corregir esas líneas argumentales para sacar o incluir, y deberás ser muy objetivo a la hora de hacerlo. Si le has tomado cariño a un personaje secundario, pero sabes que esta demás y no aporta mayormente, no dudes en eliminarlo.