EL PROCESO CREATIVO DE UNA NOVELA

  1. LA IDEA – Es decir, de que quiero hablar. Usualmente queda expresada en la sinopsis y se puede resumir en una línea. De lo contrario, no debe abarcar más de diez líneas. Es el quid de la cuestión, el leitmotiv de la obra.
  1. QUE QUIERO TRASMITIR – hacia donde dirige la obra esa idea que es de algún modo el trasfondo filosófico y refleja un sistema de creencias y una postura determinada del autor frente a la vida, a través del personaje.
  1. QUIEN LA VA A PROTAGONIZAR – la idea y lo que quiero trasmitir están muy presentes a la hora de definir los personajes. Estamos hablando aquí de las fichas literarias – protagonista y antagonista – personajes a favor y en contra de esa idea principal. Es por cierto el momento también de definir la personalidad y carácter de los personajes.
  1. COMO LO CUENTO – definir al narrador. Aquí las variantes pueden ser muchas, pero lo más usado es el narrador en primera persona o tercera persona. El más cómodo para mí, es el narrador omnisciente en tercera persona. Ya sabes, ese que sabe hasta lo que sienten y piensan cada uno de los personajes.
  1. COMO SE DESARROLLA LA TRAMA – desarrollar punto por punto lo que va a suceder no siempre es posible. Pero se puede hacer un esbozo a grandes rasgos de la trama, procurando mantener siempre un ritmo y fundamentalmente la coherencia argumental.
  1. DOCUMENTACIÓN – ¿dónde se desarrollan los hechos?, ¿cuándo? Construcción de un “worldbuilding” sólido con una descripción creíble de los ambientes y la más exacta posible adecuación a las circunstancias históricas.
  1. ESTRUCTURA – la trama principal es el tronco del árbol y las subtramas las ramificaciones de ésta. Es fundamental la confluencia y armonía entre ellas y evitar dejar tramas colgadas, sin un cierre que apoye esa coherencia y lógica.
  1. ESCRIBIR SIN MIEDO – no prestar demasiada atención o ninguna a los detalles técnicos del escribir. Dejar las correcciones para el final, muy al final, cuando ya hayamos redondeado la trama. Eso nos evitará enormes dilaciones al momento de dar un cierre a la historia.
  1. REVISAR Y CAMBIAR SIN TAPUJOS – analizar la coherencia una vez finalizada la historia. No tener miedo de eliminar escenas enteras o personajes que estén de más.
  1. MANTENER ESTILO – normalmente mejora con la práctica y al ganar experiencia en escribir. Por ahí andan diciendo que leer no ayuda al cultivo de un estilo propio, pero yo creo que se forja gracias a lo que aprendemos de los que ya llevan un buen trecho del camino recorrido. Está íntimamente relacionado con prestar especial atención a la coherencia en la forma de actuar y de hablar de un personaje de principio a fin.
  1. EL TÍTULO – muchas veces no se lo conoce hasta bastante después de terminada la obra, aunque en mi caso concreto siempre empiezo por ahí. El título es mi guía a la hora de desarrollar la línea argumental.
  1. LA ORIGINALIDAD – normalmente no viene dada por la idea en sí misma, sino por la forma de contarlo, y es ahí donde solo tú puedes contar algo de la forma en que lo cuentas al reflejar en ello tu punto de vista y tu particular modo de ver el mundo y andar por la vida.
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